Mi encuentro con la cerámica fue casual, venia de la pintura y el plano y me dirigía a la escultura y el volumen; en ese camino descubro la cerámica. En ella, desde mis comienzos, mantengo una desavenencia constante con el esmalte, al considerar que su aplicación hace que las piezas pierdan volumen.
Siendo como es el esmalte elemento indispensable en los concursos de cerámica en los que he tomado parte, resolví aplicarlo sólo en zonas concretas de las piezas o bien a prescindir de él en determinados trabajos, para mantener íntegros los contornos y dimensiones.
El siguiente paso es utilizar la arcilla a modo de lienzo. Para esta idea recurro a pintores como Modigliani, Gauguin, Klimt, que por su estilo sintonizan mejor con el procedimiento cerámico y me permiten utilizar los hermosos esmaltes sin interferir en las formas. Trabajar sus dibujos o pinturas en mis piezas será un resorte que usaré habitualmente.