Es difícil explicar de donde surge una pieza, en ocasiones, las menos, proviene de una escultura anterior,  la mayoría nace de un estado de ánimo, aunque todas imponen su carácter a mis propias inquietudes.  Con ellas puedo mostrar  esa otra realidad que percibo con los sentidos y que no puedo expresar con palabras.

Las figuras y, más concretamente, la capacidad de metamorfosis de los rostros, ejercen sobre mí una profunda atracción, que trato de captar o plasmar a través de combinaciones simétricas que varían cuando se gira la pieza como un caleidoscopio donde, a modo de collage, intento reflejar ese otro mundo oculto que intuyo en los sujetos.

Mi carácter curioso e inquieto, a veces, incluso extremo, genera un flujo caótico de piezas y formas donde la fuerza y la contundencia ejercen de hilo conductor. A ello contribuye el uso de distintas técnicas y materiales que aportan un mayor realismo a lo que capto en el instante creativo, anteponiendo deliberadamente el momento al resultado final.

En mis trabajos manda el elemento (barro, madera, hierro) sobre el estilo. Cada elemento provoca en mí  sensaciones determinadas que se concretan en estilos bien diferentes. La obra bulle  en el interior de los materiales; yo aporto el sentimiento.